lunes, 26 de abril de 2010

Fin de semana sobre ruedas. 2ª parte: Vía Verde de la Jara

Viene de aquí
Después de realizar la ruta por las Vegas del Guadiana, aprovechamos para visitar Trujillo y Guadalupe, dos localidades que no tienen desperdicio. Ya por la noche, celebramos los kilómetros realizados con una excelente cena y, tras dormir a pierna suelta, nos levantamos en Guadalupe con ganas de continuar quemando rueda, así que decidimos realizar otra vía verde, la de la Jara. Se trata de una ruta de 52 kilómetros de longitud que comienza en la localidad manchega de Calera y Chozas y finaliza en La Mina de Santa Quiteria. Al igual que la de Vegas del Guadiana, esta antigua línea de ferrocarril nunca llegó a utilizarse y con la que se pretendía unir los valles del Tajo y del Guadiana. El proyecto comenzó en la época de Alfonso XIII y se abandonó definitivamente en 1.964, a pesar de que toda la infraestructura ya estaba hecha.

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Una vez tomada la decisión, nos dirigimos hasta la antigua estación de Calera y Chozas para comenzar la ruta. Se puede comenzar desde cualquier lado, pero elegimos este porque siempre preferimos enfrentarnos a las subidas a la ida y dejar las bajadas para la vuelta. Ale, comenzamos con una foto de Jorgito saludando a los Heavys...

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La vía está muy bien cuidada y muy señalizada y, además, el terreno es de gravilla suave, así que no es nada complicado pedalear por el

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Nada más comenzar la ruta se pueden contemplar unos paisajes impresionantes en los que el protagonista es el río Tajo.

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Tras cruzar unas preciosas tierras de regadío completamente verdes en esta época, aparece de la nada un impresionante viaducto de 357 metros de longitud

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Esta es una de las primeras sorpresas que nos deparaba la vía verde de la Jara pero no la única...

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Continuamos por la ruta. Los paisajes cambiaban continuamente, pasas rápidamente de regadíos a olivares y de olivares a terrenos más agrestes... sin palabras.. todo era perfecto salvo una cosa que no aparece en las fotos pero que tengo que contar... En este primer tramo nos asustamos muchísimo porque parecía que habíamos ido a una procesión de Semana Santa. Había más de cincuenta personas (no exagero) realizando este recorrido, aunque afortunadamente todos los hacían en dirección contraria.
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Después de pensar durante un rato, Jorge se acordó de que este fin de semana era el día de la vía verde de la Jara o algo así... un dato que confirmamos cuando nos dimos cuenta de que todos iban con una camiseta verde idéntica... Somos más listos...
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Lo bueno es que a los 10 kilómetros de recorrido todo el mundo desapareció, por lo visto, hacían sólo un tramo corto del recorrido. Así que pudimos volver a disfrutar de los paisajes con más tranquilidad.
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Esta vía verde está repleta de túneles, concretamente se atraviesan 17. Los primeros son de corto recorrido así que no hay problema por no llevar luces.

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A los 18 kilómetros aproxidamente llegamos hasta la antigua estación de Aldeanueva de Barbarroya. Lo más llamativo de este lugar sin duda es el tren que hay junto a la estación. Es una pena que esté vallado, aunque viendo como está de pintadas, normal que lo hayan cerrado para intentar protegerlo...

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Mucha gente realiza finaliza el recorrido en esta estación ya que así realizan una ruta de 36 kilómetros que no está nada mal, pero Jorgito y yo estábamos con ganas así que decidimos continuar explorando esta vía verde.
La verdad es que te quedabas con la boca abierta todo el tiempo. Los paisajes cambiaban continuamente y te encontrabas imágenes como ésta, un señor arando de la forma tradicional... esto ya no se ve tan fácilmente en cualquier parte...
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En este tramo de la vía ya no nos encontramos con casi nadie y eso te permitía disfrutar más de toda la ruta
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Desde Aldeaneuva de Barbarroya ya no hay ningún pueblo, todo es naturaleza y campos de cultivo, lo único que podías encontrar era elementos curiosos como éste. Cuatro vehículos destartalados que ya han pasado a formar parte del paisaje.
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De nuevo comenzaron los túneles aunque éstos sí que tenían muchos más metros. Yo tuve que aprender a conducir la bici a oscuras porque al principio me pillaba unos mareos enormes, os juro que veía todo borroso y parecía la típica imagen de "ir hacia la luz"... ¡ay! que angustia (si se me ve hasta en la cara...)
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Salir de estos túneles era para mi toda una alegría.
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En esta zona el paisaje cambia de nuevo radicalmente. Aquí la reina comienza a ser la Jara, la planta típica de la comarca.

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Tras atrevesar unos cuantos puentes más, aparecen otras estaciones como Pilas o Nava Fuente.
Habíamos realizado ya 30 kilómetros y todavía nos quedaba la vuelta, pero el paisaje era tan espectacular que decidimos continuar un poco más.

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En esta parte del recorrido aparece el río Huso y ya no se separa de la ruta hasta el final. Los paisajes se vuelven más abruptos y desaparecen los terrenos de cultivo. Tal y como nos pasó ayer, intentamos localizar a los "Hobbits de la Comarca" que seguro que andan dando un paseo por aquí..

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Habíamos pasado ya el kilómetro 37 y teníamos que pensar en darnos la vuelta. Nos habían dicho que en un par de kilómetros había una estación abandona con un chiringuito, así que decidimos tirar un poco más para poder coger fuerzas para la vuelta con una cerveza

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¡Y por fin lo encontramos! tras 38 kilómetros, apareció como de la nada un chiringuito perfecto en el que no sólo se podían tomar cervezas baratas, sino que además te ponían una excelente tapita con ella.
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Los dueños del chiringuito son amabilísimos y fue un placer tomar la cerveza en este curioso lugar.
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Por cierto, que aquí, además del chiringuito está la estación abandonada de Campillo - Sevilleja.

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Después de coger fuerzas con una cerveza y una barrita energética nos pusimos en marcha para realizar la vuelta. Yo ya estaba preparada para enfrentarme a los enormes "túneles oscuros"

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La vuelta se nos hizo muy corta. En el primer tramo se notaba bastante la bajada y fuimos a muy buen ritmo, así que cuando nos quisimos dar cuenta ya estábamos en Aldeanueva de Barbarroya.

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Unos cuantos kilómetros más y nos encontramos de nuevo con el espectacular viaducto

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De nuevo nos paramos para contemplar las impresionantes vistas.

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Además, está tan alto que da "sensación" cuando te asomas...

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Poco a poco fuimos llegando. Los 10 últimos kilómetros eran además un poquito cuesta arriba, así que las piernas ya iban "picando"...

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Justo antes de llegar a Calera y Chozas los paisajes ya eran más "rurales" aunque eso sí, seguían siendo impresionantes..

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Y después de unas cinco horas largas (casi seis) de recorrido llegamos de nuevo a la furgoneta. En total más de 75 kilómetros; no hicimos la vía verde al completo pero nos damos por satisfechos, así que como siempre, nos fuimos a celebrarlo con la cervecita de rigor y después rumbo a las tierras castellanas.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

que bonitas rutas y que bonito narras las escenas. los malditos barbudos siempre se llevan las mejores chicas.