domingo, 24 de febrero de 2008

Fin de semana en Picos 1: Peña Castil (2.444m)

Como diría el otro: "Elegí un mal invierno para darle caña a los corredores".
Este fin de semana, The South Face Nisio Extrem Team se trasladó a los Picos de Europa para tratar de hacerse unos corredores. En su lugar, nos comimos unas buenas pedreras y sacamos a pasear toda la cacharrería para añadirle más peso a nuestras mochilas. Como es habitual en Picos, unos desniveles importantes y unos paisajes impresionantes.
Para el primer día, el sábado 23, habíamos escogido el corredor Noroeste de Peña Castil, que habíamos visto en una reseña de Foropicos.
Así que, para allá que nos fuimos con todo el material. Sobre las ocho y media de la mañana, Ander, Fernando, Andrés y yo salíamos del Collado de Pandébano por el camino que lleva al Urriellu. Desde aquí ya veíamos que las montañas no tenían mucha nieve, pero confiábamos que en un corredor orientado al norte la cosa estuviera mejor.
Poco a poco, íbamos cogiendo altura y no tardamos en pasar la majada de la Tenerosa.
Y en un momento dado, allí asomó la cabeza el Picu...

Para variar, íbamos bien de tiempo y además el día acompañaba...


La verdad es que los Picos tienen unos paisajes...
...y qué decir de esto...


Amanecía sobre el Naranjo y no podíamos apartar los ojos ni la cámara de él.

Un poco más cerca...
...y otra vez para arriba. En este punto, abandonamos el camino de la Vega de Urriellu para subir hacia el Hoyu Carnizoso. Por debajo de la pared de la izquierda, siguiendo la línea de nieve pasaríamos.
Ya estamos allí.

A veces, la subida iba por este terreno tan típico de Picos...
...y, a veces, por estas pedreras, tan típicas de Picos también.
Al llegar al colladín ya casi teníamos a la vista el corredor...
...pero antes paramos a comer un poco.


Y al dar la vuelta, allí estaba. Esa delgada línea blanca es la entrada del corredor...
...nuestro gozo en un pozo.



A ratos pisábamos un poco de nieve, eso sí, blandita...

...y a ratos no quedaba más remedio que comernos la pedrera. "Pillar esto con buena nieve, de esa durita, debe de ser...", pensábamos.
La verdad es que el corredor era bonito.


En este tramo yo saqué el piolet, iba más seguro porque mis viejas chirucas no me daban mucha seguridad, la verdad... y las de plástico en la mochila.
La salida del corredor, a la izquierda, tenía una pequeña trepada que hizo el tema más interesante...
...justo antes de sentarnos a descansar antes de la rampita final hasta la cima.


Que es ésta. Aquí daba bien el sol.
Y por fin, poco antes de las dos, llegamos a la cima de Peña Castil. Cinco horas y media de subida para un desnivel casi 1.400 metros. Casi nada. La foto de cima con la cara Este del Naranjo detrás nos la hicieron un grupo de compañeros de Foropicos, que al ver el pañuelo de nuestro patrocinador nos reconocieron...

Habían quedado en Sotres para una raquetada, pero es difícil hacerla sin nieve, así que, casualidades del destino, nos encontramos en la cima. Después de grandes y efusivos saludos con algunos de ellos como el gran Pepe García, J.Blas o Die-sell... un verdadero placer, compañeros, hice el vídeo de cima.


Como se ha visto en el vídeo, desde la cima las vistas eran impresionantes. Peña Vieja, bajo la que pasamos el fin de semana pasado...
...una panorámica de la Montaña Palentina, de izquierda a derecha: Curavacas, Peña Prieta y Espigüete.
Una foto con el Picu antes de bajar...
...y para abajo por la normal siguiendo las huellas de los compañeros foreros.
Al llegar al Colláu Cambureru, decidimos separarnos, a Ander y a Andrés les apetecía bajar hacia las Vegas del Toro, mientras que Fernando y yo preferimos seguir hasta Pandébano. Luego les pasaríamos a buscar con el coche por los Invernales del Texu.
Este es el relato del descenso del otro par contado por Andrés:
Una de las pocas cosas que mi experiencia vital me ha enseñado es la máxima “si falta hielo, llegan los problemas”. Cuántos gin tonics nos habremos tomado calientes y cuantas veces habremos paseado sin sentido nuestros piolets con la misma impotencia. Al llegar al collado de Camburero, se nos ocurrió bajar hacia las Vegas de Toro, para poder ver los corredores del Escamellau, ya que esa era la actividad prevista para el día siguiente, y después del paseo que estábamos dando al equipo preferíamos asegurarnos de que algo de nieve tuvieran. Nos separamos en dos grupos para ir a buscar el coche.

Aquí, Borja muestra la tristeza de las despedidas.
Nos las prometíamos muy felices, pero este camino no estaba muy bien señalizado y nos costaba encontrar el itinerario correcto a pesar de sacar el mapa cada dos por tres.
Bueno, por lo menos seguíamos viendo el Naranjo...


Última foto aguantando el contraluz...
La bajada que nos esperaba era importante. Aunque realmente lo que nos cansaba era simplemente pensar en subir por aquí…
...y nosotros a seguir. Esto se nos hizo muy pesado, la verdad.

Poco a poco fue apareciendo el Escamellau, mostrándonos los corredores con una evidente falta de nieve.
Por fin, llegamos al lugar por el que se bajaba hacia la Tenerosa. Al fondo, veíamos la curva de la carretera en Pandébano donde habíamos dejado el coche...
Habrá que dejar esos corredores para otra ocasión…hay más días que longanizas…
Ya sólo quedaba corretear detrás de Ander hasta las Vegas de Toro, aún así me dio tiempo a sacar está instantánea…
...y diez horas después de salir, con el Neverón de Urriellu al fondo llegamos al coche. Un gran día. Lástima la falta de nieve.
Qué bonitos paisajes nos brindan los Picos de Europa. Poco tiempo después ya estábamos en la carretera de Sotres esperando que nuestros amigos nos vinieran a buscar. Mientras llegaban, saqu´´e una foto al Escamellau para recordarle que teníamos una cita pendiente.Ésta es la ruta que seguimos. En azul, el camino de Ander y Andrés que al final tuvieron que esperarnos en el cruce con la carretera de Sotres.


lunes, 18 de febrero de 2008

Circunvalando Peña Vieja al filo de lo impresentable

"En esta vida sólo hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y sobre lo primero tengo serias dudas". Creo que fue Einstein quien pronunció esta frase y... quiénes somos nosotros para contradecir a este gran sabio. Si quieres saber por qué empiezo esta historia con esta afirmación sólo tienes que seguir leyendo.
En fin, que después de dos fines de semana sin salir a la montaña teníamos bastante mono y entre semana fijamos nuestro objetivo: Peña Vieja una de las cimas más accesibles de Picos de Europa y, además, techo de Cantabria.
La idea era no salir muy tarde para pillar el primer teleférico (el de las 10,00h) y realizar la ascensión. Todavía no sé por qué se me metió en la cabeza que sería mejor hacerlo por la Canal del Vidrio, pensaba que habría más nieve por esa vertiente...
Total que con el retraso habitual llegamos a Fuente Dé pasadas las diez y media y, entre ponte bien y estate quieto, cogimos el teleférico a eso de las once de la mañana. Aquí se ve como Mr.Churches se deshace en explicaciones ante Jorgito que atiende como si realmente le interesara lo que le está contando.
Al llegar arriba comprobamos el lamentable estado de la zona en lo que a nieve se refiere. Éste es el aspecto que presentaba el camino hacia Horcados Rojos que se sigue muy bien por la línea de nieve...
...y para allá nos íbamos nosotros con la felicidad que da la ignorancia hacia una nueva aventura al filo de lo impresentable.

Por lo menos, el día acompañaba. Hacía una temperatura agradable y se caminaba a gusto.
Tras pasar la Horcadona de Covarrobres, con los Puertos de Áliva abajo... fue aquí donde me di cuenta de que me había dejado el mapa en el coche. Si es que no aprendo. Ésa fue una de las causas de todo lo que viene después...
No preocuparse que no fue nada grave. Estúpido, tal vez; humillante, casi que también...vamos en nuestra línea. Es por ello que a esta jornada no se le puede poner otra música que no sea ésta: porque mucho de lo que se cuenta a continuación es de risa y como nosotros tenemos la virtud de saber reírnos de nosotros mismos... claro que solemos darnos motivos.

Bueno, pues no tardamos mucho en divisar la Canal del Vidrio que aquí contemplan mis dos compañeros...

Aquí pongo el camino para que se vea mejor.

...y que en el siguiente vídeo se puede seguir más o menos con la ayuda del zoom...

En un ratín nos pusimos a remontar la descompuesta canal a paso de Ricky Martin: "un pasito pa´lante, María... un pasito p´atrás".

Como diría Jorgito, encontramos "vestigios de una civilización pretérita"... o sea los restos de la actividad minera que, en tiempos hubo en la zona.

En algún momento de la subida los bastones estorbaban más que otra cosa...

...mirada hacia abajo para ver lo que llevábamos subido...
...y el pasito aéreo bonito tras superar la zona de las minas. Creo que fue aquí donde Jorgito comentó como quién no quiere la cosa: "esto me huele a una liada como la del otro día en La Polinosa".

Después salimos a una zona herbosa que comenzamos a remontar siguiendo una senda bien marcada y pensando en el peso de las botas de plástico que de momento cargamos en las mochilas hasta que lleguemos a la nieve.

Nosotros a lo nuestro, mientras pasaba el tiempo... no íbamos muy bien sobre el horario previsto, no. Por fín, cerca ya de los dos mil metros de altura nos toca cruzar algunos neveros. La nieve blanda nos permitió hacerlo con las botas de treking, zapatillas, en mi caso. Por cierto, esa montaña de ahí enfrente es Peña Vieja, nosotros pensábamos que era Peña Olvidada.
Aquí decidimos parar a ponernos las botas de plástico y a comer algo. Eran las dos y cuarto de la tarde. Al fondo se ven los Picos de Santa Ana, que nosotros pensábamos que era Peña Vieja. Si no me hubiera olvidado el mapa en el coche, aquí lo habríamos consultado y nos habríamos dado cuenta de nuestro error, pero qué le vamos a hacer...

Así que nada, empezamos a remontar palas de nieve que a ratos estaba durita y a veces blandita, esquivando pequeñas placas de hielo... y yo haciendole fotos a lo que creíamos que era Peña Vieja...
...en este vídeo se comprueba cómo persisto en el error. Por supuesto, el que quiera puede reírse hasta caerse de la silla.


Viendo ahora esta foto, todavía no me explico como no me fijé un poco para darme cuenta de que ahí delante estaba la Aguja de la Canalona... en fin, que no tengo perdón.

Aquí, sigo metiendo la pata con la ubicación... y ya nos habíamos dado cuenta de que íbamos muy justos de tiempo. El último teleférico para abajo era a las seis y ya pasaban de las tres de la tarde.

Aquí tuvimos que sacar los crampones y el piolet porque había zonas más delicadas y, en caso de duda, ¿qué utilidad tiene llevarlos en la mochila?

Seguimos bordeando el pequeño circo...

...hasta que al llegar al Collado de la Canalona, vi la luz. Constatamos nuestro gran error del día y nuestra estupidez de todos los días. Sin palabras. Obsérvese el momento "Nisio".


Eran las cuatro y cuarto y no podíamos arriesgarnos a perder el teléferico porque aunque pudiéramos llegar a la estación superior con luz, buscar la entrada al camino de bajada, sin conocerlo no era prudente. Así pues, descartamos un ataque rápido a cualquiera de las dos cimas: Santa Ana o Peña Vieja y bajamos por la Canalona.

Resguardada del sol, la nieve estaba perfecta para ser las cuatro de la tarde lo cuál nos hizo comernos más la cabeza... si hubiéramos venido por aquí... Vista atrás para comprobar el suave descenso de Mr.Churches.
Y por fin la última sorpresa del día. El sábado fue mi cumpleaños y Jorgito y Andrés me habían traído un trozo de tarta con unas velas para que las soplara en la cumbre de Peña Vieja... pero para contribuir a lo patético de la jornada tuvimos que hacerlo en mitad de la Canalona. En fin... y que cumpla muchos más". Después no sé qué me pasó... se me debió de meter algo en el ojo...
Para añadir un última nota de idiocia a la jornada, a Jorgito se le cayó canal abajo la tapa del tupperware donde iba la tarta y tuvo que ir a buscarla de esta guisa...


La vuelta por el camino de Horcados Rojos con el Tesorero al fondo...

...y una última foto desde el mirador del cable al atardecer con Peña remoña al fondo. "Pero cómo es posible...", parecen estar pensando Jorgito y Andrés recordando la sucesión de meteduras de pata de la jornada.

En resumidas cuentas, que aprendimos varias valiosas lecciones, que en realidad después de tantos años saliendo al monte, deberíamos saber de memoria.

-Que hay que llevar siempre el mapa y procurar no olvidárselo en el coche

-Que tenemos que acosumbrarnos a preparar mejor nuestras salidas.

-Que a lo mejor ya es hora de pillarse un aparato de esos de GPS

-Que nos volvimos a casa sin hacer cima, pero que nos dimos un bonito paseo por Picos de Europa y ahora sabemos exactamente dónde está Peña Vieja porque la hemos visto desde todos los ángulos posibles. Aquí dejo un mapa del itinerario aproximado que seguimos por gentileza del señor Googleearth por si acaso alguno quiere repetirlo, aunque sea subiendo de paso a Peña Vieja.