domingo, 20 de enero de 2008

Picando hielo en la Sierra de Béjar, impresiones de un novato.

Tanto oírle hablar al amigo Andrés de las excelencias de la escalada en hielo, que este fin de semana quise probar para ver a qué venía tanto rollo. Me dijeron que para estas cosas lo suyo es salir prontito, sobre todo para coger sitio, así que a las ocho ya estábamos en Béjar. En Infohielo habían contado que las cascadas de Hoya Hornillo estaban medio bien, así que para allá nos fuimos.
Y como esta ya es una actividad un poco cañera, vamos a ponerle una banda sonora, pues eso, un poco cañera:
La verdad es que volvimos a juntar una buena muchachada, ya que Quique trajo a su amigo "Pelos" y Andrés quedó con un par de compañeros de Madrid: Fernando y Julio.
Sobre las ocho y media estábamos en la estación de esquí de La Covatilla y poco después empezamos a andar.

Por el camino, haciendo buena la reflexión del reputado filósofo Maki Navaja: "en un mundo sin ética, sólo nos queda la estética", Andrés y Fernando posan en este bonito contraluz.
La verdad, es que no había mucha nieve, pero la que había estaba durita...

...total, que después de un rato peleándonos con los piornos, primero, y andando con cuidadito por nieve dura, después, nos plantamos en las cascadas. Allí, nos encontramos con Ander, un bilbaíno afincado en Salamanca, con el que finalmente pasamos toda la jornada. Es lo que tiene ser buena gente.

La verdad es que la gente tenía ganas, porque no tardaron en subirse a la pared. Yo, observaba atentamente para ver qué podía aprender. Por cierto, el sitio, precioso.

Después de que Ander hiciera una vía de primero, los entendidos montaron reuniones por arriba, tiramos cuerda y, ¡venga! A escalar se ha dicho. Aquí, Fernando llegando al final de esta cascadita...
...Andrés negociando con maestría la salida en el mismo sitio...
...y una imagen para la posteridad: mis primeros pasos en esta disciplina. Concentración máxima y, como pude comprobar después, mala postura de los pies que me cargó demasiado los gemelos.
Un poco de vídeo... ruego a los expertos que sean condescendientes conmigo. Ya digo que es la primera vez. Sólo me faltaban los ruedines, como cuando aprendí a montar en bici.
Lo que tiene esto de la escalada es que hay muchos ratos muertos. Así que me dediqué a hacer fotografías al resto de la tropa. Esta es chula, el "Pelos" en acción.
Fernando...
...Andrés...
...y me toca otra vez. La verdad es que ahí metido parecía más inclinado.
Un pequeño vídeo de mis evoluciones llegando a la salida de la vía.
Luego, Quique quiso hacerse una de primero. Bueno, de hecho se la hizo. Desde abajo le gritaban: ¡organízate el material! y él a lo suyo. Cuando bajó se limitó a decir: "tenía que haberme organizado mejor el material".

Al final, le coges el gusto a esto y en ésta me encontré más cómodo. Cogí confianza y probé la salida un poco a la izquierda, donde había un paso un poco más curioso...

La reacción ante semejante hazaña por parte de las enfervorecidas masas que observaban mis movimientos fue tal que no tuve más remedio que saludar. Con la vergüenza que me dan a mí estas cosas.

Justo antes de irnos, Andrés pasándoselo bomba. Como las madres en el parque cuando los niños están en los columpios, hubo que llamarle varias veces para que se bajara de ahí.
Recogimos los trastos y, para terminar bien el día, decidimos volver subiendo por ese bonito corredor...
...allá vamos.
¡Pedazo de invento el casco! De arriba caía de todo, así que aquí esperábamos protegiditos a que el anterior hiciera el paso más complejo. La verdad es que no tenía nada, pero yo, con uno de los dos piolets prestado, que no era muy técnico, prefería que me aseguraran. Reunión, cuerdecita, nudo y para arriba con más seguridad. Para qué vas a pasar un mal rato.

Al final, el corredor sólo tenía un paso con poca nieve y tierra debajo un poco perro, pero nada, salimos sin problemas...

Desde arriba, Julio en el último tramo, una pala que iba perdiendo inclinación... ...y Ander y Andrés cerrando el grupo y charlando animadamente sobre temas trascedentales para el futuro de la humanidad, supongo.

Desde aquí, seguimos la valla de la estación hasta el aparcamiento donde la música regetón volvía a dar un toque de elegancia al lugar. En fin, que está bonito esto de escalar en hielo. Habrá que repetir.

6 comentarios:

ldiegoes dijo...

Que wapo que wapo!!!!

A ver si engaño yo a alguien para que me ponga la cuerda en polea y vea que se siente subiendo por ahí.

ldiegoes dijo...

Tú estas muy fuerte para mi... pero gracias por la invitación.

Diego dijo...

Buen post, buenas fotos y buen día de actividad el que os pegásteis.

Me apuntaré la zona para hacerle una visita...si el invierno nos lo permite...que visto las temperaturas que están haciendo....

Un saludo :-D

Fer dijo...

ya habéis pinchado hielo. Qué envidia.
Slds

Zieft dijo...

Que txulo!!! Un repor muy wapo!!! Envidia y de la sana es lo que siente viendo esto...

Por cierto, a la sombra mientras esperabas... fresqito, no?¿?¿

;)

Anónimo dijo...

Solo un apunte:
Saber que habeis estado escalando en el termino municipal de Becedas; un bello pueblo de la provincia de Avila.